martes, 20 de noviembre de 2012

6.3 - La entrevista.

-¡ Oh, Dios mío, tienes una entrevista!

Esa frase podría nervioso a cualquiera y más cuando lo que te juegas es un puesto de trabajo que seguramente te sirva para mucho en esta vida. En mi caso el hecho de hacer una entrevista no me supone un problema ya que tengo mis "técnicas" para no ir nervioso y por supuesto, firme y decidido.

He hecho varias entrevistas en las que ha habido de todo: desde preguntas metafísicas hasta pruebas de coeficiente intelectual pasando por las clásicas preguntas que en toda entrevista se suelen repetir como: ¿qué sueldo te gustaría ganar? o ¿qué crees que puedes aportar a esta empresa?.

Todas mis entrevistas han sido presenciales, es decir, cara a cara con el entrevistador y alguna vez en grupo, pero al fin y al cabo se limitan a una entrevista personal con la persona que va a decidir si accedes al puesto o no.

Para todas mis entrevistas he tratado de ir lo más formal posible dentro de mi linea de vestuario, es decir, ir formal pero no demasiado, dar una impresión de limpieza a la vez que de seriedad y juventud. Siempre afeitado, recién duchado y gafas inmaculadas.

También, pienso que es imprescindible portar el currículum a la entrevista puesto que, a veces, el entrevistador tiene concertadas muchas citas a lo largo de su jornada y no porta los currículums de todos los asistentes y, además, hace notar el interés que tienes por esa entrevista.

Por supuesto, hay que hacer un ensayo previo con preguntas que te puedan hacer e intentar dar una respuesta adaptada a la situación, siendo siempre muy correcto y aséptico: es decir, nada de juicios de valor a la ligera o bravuconadas, ya que eso desacredita mucho la figura del entrevistado. También es estrictamente necesario indagar sobre la empresa por la que vayamos a hacer la entrevista puesto que al entrevistador también se le da la sensación de estar interesado por el puesto y por la empresa. Hablar siempre como si ya estuvieras dentro y formaras parte de su equipo y siempre siempre siempre, dar las gracias y ser cordial en todo momento.

Por regla general, las entrevistas que he tenido siempre han tenido sido positivas ya que no han sido para trabajos excesivamente de alto nivel pero pienso que depurando la técnica y, por supuesto, avanzando como profesional, no me enconrtaré con demasiadas puertas cerradas.

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